La sociedad moderna ama quejarse y convertirse en la víctima en todo momento y ante cualquier cosa.
De cierta forma: es una locura.
Lo que es virtuoso y correcto ahora es visto como malvado o arcaico.
Sin embargo, lo que es destructivo para nuestro ser es defendido y visto como lo correcto, lo que todo el mundo deberías hacer con su vida, como un regalo que la vida les da.
Piénsalo…
Estamos tan acostumbrados a la comida chatarra, a perder el tiempo en redes sociales, a distraernos con videojuegos, a no dar más ni hacer más, y creemos que esa es la vida a la que debemos aspirar.
Estamos tan acostumbrados a esta – digamos – configuración predeterminada que miramos como raro, insólito, absurdo a aquellos que hacen algo diferente con sus vidas.
Dominar tu camino como hombre no debería ser visto como algo opcional, como algo que sería bueno, sino como una responsabilidad.
Responsabilidad de tus resultados y de ti mismo.
Esta responsabilidad comienza cuando escuchamos, entendemos e interiorizamos las siguientes 5 verdades que nos ayudarán a lo largo del camino.
Verdad uno: mantén el autocontrol
Nuestra sociedad se rinde ante la autocomplacencia y comodidad.
La idea de controlarse a uno mismo en una sociedad que trae como bandera “haz y piensa lo que se te dé la gana” suena primitiva.
Quizá esta sea la razón por la que muchos hombres modernos son tan débiles.
Piensa en la vida:
Un hombre promedio va a trabajar de 9 a 5. Llega a casa. Come lo que pueda. Mira Netflix o juega videojuegos por 2 o 3 horas.
Antes de dormir, mira su teléfono deslizando el dedo por la pantalla una y otra vez hasta ver algo que le mueva un poco.
Finalmente, se queda dormido y al día siguiente repite el mismo ciclo.
Es obvio que se sentirá atrapado, pero intenta ignorarlo.
Cree que necesita más.
- Más comida poco saludable.
- Más publicaciones.
- Más videos.
- Más videojuegos… más y más.
Consume supuestos tratamientos que nunca le dan la cura, solo placebos, solo distracción.
Cuando careces de falta de control te conviertes en un títere que puede ser engañado con respuestas falsas. Un hombre sin autocontrol creerá que necesita una novia, más dinero, un abdomen marcado para ser feliz.
Ese hombre es como una casa sin muros, cualquiera puede entrar y salir y llevarse lo que quiera
Recuerda: es fácil dejarse llevar.
Es fácil sentarte y perderte en tu teléfono sin hacer nada.
Es fácil sentare por 4 horas frente al televisor y acabar con nada.
En verdad, es fácil perder el control de tu vida y buscar culpables.
Aprende a apreciar lo incómodo, de lo que otros huyen.
Al principio será doloroso, pero si lo sigues haciendo, por una semana, dos semanas, un mes, seis meses, un año, tus músculos de autocontrol se fortalecen.
Llegarás a un punto en el que tus rutinas se convierten en tu estilo de vida, donde te riges por lo que has decidido añadir y quitar de tu vida, y no por lo que otros te han empujado a consumir y hacer.
Verdad dos: administra tu tiempo
El tiempo en nuestro recurso más valioso. Un recurso que los hombres modernos desperdician con gran facilidad.
Me encantan las siguientes palabras:
“Puedes comprar una cama, pero no el sueño. Puedes comprar un reloj, pero no el tiempo. Puedes comprar un libro, pero no la sabiduría. Puedes comprar una posición, pero no el respeto. Puedes comprar la medicina, pero no la salud. Puedes comprar el sexo, pero no el amor.”
Esta es una verdad que hemos escuchado, la aceptamos, pero pretendemos ignorarla: solo se vive una vez.
No pierdas el tiempo. Habla menos y actúa más.
El tiempo siempre estará en nuestra contra.
Una mentira que nos repetimos para tranquilizar nuestra mente, es creer que siempre tendremos tiempo para hacer lo que queremos.
Independientemente de la edad que tengamos, cuando decidimos mirar hacia atrás en nuestra vida, se siente como si todo hubiera sucedido en un instante.
De la misma manera en que miras tu vida, mira hacia el futuro y recuerda que llegarás a él, de un modo a otro.
Usa tu tiempo de la mejor forma.
Verdad tres: no regales tu felicidad
En el pasado cometer un error o arriesgarse a tener una idea equivocada que provocaba consecuencias nefastas para nuestra tribu. Habría supuesto el destierro, y en última instancia, la muerte.
Sin embargo, esto no se aplica a tiempos modernos.
Es decir, no te preocupes por no provocar el enojo de nadie, no te limites por mantener felices a algunos.
Tu supervivencia ya no depende de impresionar a alguien.
Muchos hombres débiles gastarán dinero que no tienen en cosas costosas que no necesitan para impresionar a gente (en especial a mujeres) que no les agradan.
Muchos hombres viven sus vidas bajo el prisma de la aprobación de otros, y terminan viviendo vidas que no les pertenecen. Vidas que nunca serán suyas a menos que reúnan el coraje de hacerse responsables de sí mismos.
Verdad cuatro: mantén el enfoque
Hay muchas opciones disponibles para nosotros gracias al estilo de vida moderno con los que hemos sido bendecidos.
Es verdad, tenemos más opciones que nuestros antepasados.
Más opciones en comida, diversión, vacaciones, pero muchas veces la bendición puede convertirse fácilmente en una maldición.
¿Por qué?
Nos paralizamos por la indecisión cuando nos enfrentamos a muchas posibilidades.
A esto se le llama la Paradoja De La Elección.
Nuestras mentes son bombardeadas por tanto conocimiento de lo que hay para elegir que terminamos no eligiendo nada.
Míralo de esta forma: una persona en la cárcel puede tener una libertad que muchas personas han perdido.
Mientras la gran mayoría está constantemente siendo bombardeada por un sinfín de elección diarias a tomar, un preso no tiene elección sobre qué productos utilizar, sobre su comida, sobre qué hacer con su tiempo, incluso su ropa, sus opciones son limitadas.
¿Cómo puede la limitación ser una libertad?
En cierto modo dejas de ser esclavo de la parálisis que te impone la multitud de opciones a elegir.
La paradoja de la elección es uno de los principales problemas con los que nos enfrentamos a diario.
Nunca nos comprometemos por completo con un camino porque hay tantas posibilidades.
O nos demoramos en tomar una decisión que la oportunidad se esfuma.
O nos involucramos en varios esfuerzos simultáneamente y terminamos logrando nada.
Como hombre necesitas mantenerte en una acción deliberada y enfocada sin cambiar el rumbo hasta lograrlo. Apégate al plan. Recuerda que el hombre que persigue dos presas no atrapa ninguna.
Verdad cinco: mantente firme
Ser capaz de comprometerte con otros o en ciertas cosas es definitivamente una fortaleza, pero no dejes que la sociedad te engañe pensando que debes tolerar y comprometerte en todo o ante cualquier cosa.
Si toleras todo, entonces no representas nada.
El hombre débil traiciona valores, prioridades y objetivos si eso le provoca el desagrado de algunos.
No se mantiene firme, ni es fiel a sí mismo.
La sociedad te empujará a que adores a los dioses de la lujuria, de la falta de control, de la comodidad y degeneración, y constantemente te empujará a que renuncies a ti mismo, para que sea uno más: un simple hombre débil, moldeable, manipulable.
Resiste a las distracciones. Resiste la tentación. No dejes que te desvíen de tu camino.