¿En dónde está tu atención?

¿En dónde está tu enfoque?

Tu mente consciente es un tanto limitada, enormemente si la comparamos con la capacidad de tu mente subconsciente. Apenas puede procesar unos pocos datos a la vez. Esto hace que, a cada instante, al enfocarte en algo (un pensamiento, una idea, una persona, una circunstancia) borres de tu consciencia todo lo demás.

¿Acaso en este momento en que estás leyendo esto, eres consciente del latido de tu corazón?

¿De tu respiración?

¿De la temperatura de la habitación?

¿De los ruidos que hay en el ambiente en que te encuentras?

Seguramente no fue así hasta que leíste las preguntas anteriores que de pronto tu mente tomó consciencia de esas cosas.

Es como si tu mente consciente fuera un telescopio apuntando al cielo. Miras a través de él y observas grandes cosas.

Pero ¿qué es lo que en realidad ves?

Apenas una ÍNFIMA PORCIÓN del cielo sobre ti.

Este fenómeno de consciencia selectiva puede ser tu maldición o tu bendición. Depende de cómo lo aproveches.

Porque si dejas que tu enfoque se concentre, por ejemplo, en lo que no está funcionando en tu vida, adivina qué: pierdes la conexión con aquello que SÍ está bien.

Lo contrario también funciona:

Si piensas en aquellas cosas por las que puedes estar agradecido (y te conectas con las sensaciones que esos pensamientos generan) dejas de experimentar la sensación de desgracia.

Te lo pregunto de nuevo: ¿en dónde está tu enfoque?

Aduéñate de tu enfoque

Tu enfoque es parte de lo que alimenta e incluso puede perpetuar determinados estados emocionales.

Lo que sientes también es influenciado por tus creencias y por los significados que le asignas a lo que está sucediendo.

Pero volviendo al tema del enfoque, este llega a empobrecerte o potenciarte. Te apaga o te enciende. Merma tu capacidad de acción o la impulsa. Te hace sentir mal o te hace sentir bien.

Tu enfoque está bajo tu control. Puedes dirigirlo. La clave es usar preguntas que conduzcan a tu mente hacia aquello que puede potenciarte.

Preguntas como:

  • ¿Por qué te podrías sentir feliz en tu vida hoy?
  • ¿De qué te puedes sentir agradecido?
  • ¿Cuáles son algunos logros, cualidades y decisiones de los que te puedes sentir orgulloso?
  • ¿Qué puedes hacer ahora que causara un gran impacto en tu futuro?

No es sólo una cuestión de pasar a ver el vaso medio lleno en vez de medio vacío. Es cuestión de mirar otro vaso.

Otro vaso que está rebosado por aquello que va a cambiar tu energía y te va a permitir conectarte con los recursos internos y externos necesarios para avanzar.

5 pasos para reenfocar tu atención

Quiero que veamos 5 pasos que te ayudarán a poner en acción estas ideas que estamos analizando.

Te recomiendo que apliques estos pasos por escrito. Va a ser mucho más poderoso que simplemente hacerlo mentalmente, aun cuando es un proceso que puedes memorizar y seguir cada vez que lo necesites.

Vamos, con un ejemplo, paso por paso:

1. Toma consciencia de lo que sientes

Supongamos que te sientes un tanto deprimido y abrumado. Entonces pregúntate:

“¿Cómo Me Siento En Este Momento?”

Date unos segundos y luego escribe lo que sientes.

En nuestro ejemplo, pueden surgir cosas como: “abrumado, sin energía, decaído, sin ganas de hacer nada, queriendo irme a casa y tumbarme en la cama”.

2. Date cuenta de cuál es tu enfoque

Pregúntate lo siguiente:

“¿En qué tendría que estarme enfocando para sentirme como me siento?”

Siguiendo con nuestro ejemplo, podrían surgir respuestas como…

…en todo lo que tengo por hacer.

…en todo lo que no he logrado.

…en todo lo que me falta.

…en lo que “debería” estar haciendo.

…en lo que otros pueden estar pensando de mí.

…en lo que puedo perder.

…en lo que no me gusta.

…en lo que no quiero hacer.

3. Toma conciencia de lo que estás borrando

Recuerda que tu mente consciente es selectiva. Cuando se enfoca en algo, borra todo lo demás, así como la infinita extensión de cielo estrellado que dejas de ver cuando miras por el telescopio.

Por lo tanto, si te has estado enfocando en algo (y eso no contribuye a que te sientas bien ni a que te muevas hacia adelante) significa que has estado borrando algo, posiblemente aquello en donde está el potencial para cambiar tu situación.

Pregúntate:

“¿Qué estoy dejando por fuera de mi consciencia?”

Simplemente, toma la lista anterior y escribe los opuestos.

Si te has enfocado en todo lo que tienes por hacer, seguramente has borrado lo que ya has completado.

Si te has enfocado en lo que otros pueden estar pensando de ti, has dejado de pensar en lo que tú quieres pensar de ti mismo.

Si te has enfocado en lo que puedes perder, estás desconectado de lo que has ganado y de lo que puedes ganar.

El objetivo de este paso es ampliar tu perspectiva y liberar tu mente de una posición adherida a lo que te empobrece.

La realidad es más amplia, así que ¿por qué no incluir esas cosas que te ayudan?

4. Decide cómo te quieres sentir realmente

Los pasos 1 y 2 buscan recordarte que tus emociones no se dan por casualidad, sino que surgen y se mantienen según en dónde esté tu enfoque.

El paso 3 busca restablecer tu sensación de elección. ¡Puedes escoger un enfoque diferente! Y ha llegado el momento de hacerlo.

Pregúntate:

“¿Cómo me quiero sentir realmente?”

Usa tus respuestas del primer paso para clarificar cómo quieres sentirte. Es fácil: simplemente busca los opuestos.

¿Te sentías abrumado?

Quizá quieras entonces sentirte en control y calmado.

¿Te sentías deprimido?

Entonces declara que quieres sentirte entusiasta y activo.

5. Enfócate en lo que te potencia

Ya sabes lo que quieres. Ahora es cuestión de “desenchufarte” de lo que te mantenía sintiéndote mal y conectarte con lo que va a alimentar tus nuevas emociones.

Hazte esta pregunta:

“Para sentirme como me quiero sentir ¿en qué tengo que enfocarme?”

¿…en lo que has logrado?

¿…en lo que has ganado?

¿…en lo que has aprendido?

¿…en lo que tienes para agradecer?

¿…en lo que vas a ganar?

¿…en lo que es realmente importante?

¿…en el amor que te rodea?

¿…en tus oportunidades?

¿…en lo que quieres lograr?

¿…en lo que te apasiona?

¿…en lo que puedes aprovechar?

¿…en lo que te merezco?

¿…en tu visión de futuro?

Si te encuentras sintiéndote mal, es porque tu enfoque se está yendo en la dirección inadecuada.

Es momento de retomar el control. Emplea tus nuevas preguntas, conéctate con lo que te potencia y ponte en acción.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí